No, no estamos citando a algún gurú de LinkedIn con foto en blanco y negro mirando al horizonte. Tampoco es el eslogan de una ONG o la frase motivacional que tu jefe tiene enmarcada mientras te niega el aumento.
Para nosotros, esto va mucho más allá del cliché corporativo. Significa que detrás de cada usuario, de cada cliente, de cada feedback y de cada "ostras, esto no funciona", hay una persona real con problemas reales buscando soluciones reales.
No construimos para métricas, KPIs o para impresionar a inversores con gráficas que siempre suben hacia arriba y a la derecha. Construimos para quien necesita organizar el caos de su startup con Maker Tracker. O para quien está hasta las narices de su trabajo actual y usa My Potential para descubrir qué hacer con su vida.
Y también significa que las personas dentro de nuestro equipo importan. No somos recursos humanos, somos humanos a secas. Con días buenos y malos, con ideas brillantes y momentos de "tengo el cerebro frito".
Por eso no hacemos reuniones interminables, ni esperamos que contestes emails a las 11 de la noche, ni medimos tu valor por las horas que pasas frente a la pantalla.
Al final, la tecnología viene y va , pero las personas permanecen. Y este es nuestro primer principio. El resto es todo una consecuencia.
b1
La calidad es nuestro compromiso
Sí, sí. Ya sé que suena a slogan de empresa que fabrica lavavajillas en Zaragoza. Pero es que de verdad, ese es nuestro verdadero compromiso.
Es el “joga bonito”, de no solo marcar goles, pero hacerlo con estilo.
No simplemente construimos productos digitales y los lanzamos al mundo como quien tira una botella al mar. Intentamos que todo forme parte de una experiencia hecha con cariño, tanto por lo que se ve, como por lo que no, pero que hace que todo funcione. Y funcione bien. Y con estilo.
b2
No Startup Bullshit
Vamos a ponernos serios por un momento.
Si has pasado más de 15 minutos en el ecosistema startup, ya sabes de qué hablamos: "somos disruptivos", "cambiamos paradigmas", "revolucionamos la industria", todo mientras queman capital riesgo más rápido que un adolescente con la tarjeta de sus padres en Steam.
Nos cansamos de esto.
No tenemos puffs de colores (bueno, quizás uno, pero es porque es cómodo, no para impresionar a nadie). No hacemos "stand-ups" de 45 minutos donde nadie se entera de nada. No usamos la palabra "unicornio" a menos que estemos hablando del animal mitológico o de disfraces para carnaval.
No vendemos humo. Si algo no lo tenemos, te decimos "no lo tenemos" en lugar de un "está en nuestro roadmap" (traducción: nunca lo haremos pero no queremos que te vayas con la competencia).
No inflamos métricas. 100 usuarios felices valen más que 10.000 que instalaron la app y nunca volvieron a abrirla.
El tiempo que ahorramos al no tener que mantener toda esta fachada lo invertimos en lo que realmente importa: construir productos que funcionen de verdad, para personas de verdad, resolviendo problemas de verdad.
b3
Haz dogfooding
Tiene narices que nuestro principio anterior sea “No Startup Bullshit” y ahora te vengamos con “Dogfooding”. Lo primero es que siempre suena mejor que decir “darle de comer al perro” (dicho esto, no te olvides de hacerlo), ¿pero qué signfica en verdad esto?
Dogfooding hace referencia a usar tus propios productos. Así de simple. Si no confías lo suficiente en lo que has creado como para usarlo tú mismo, ¿por qué debería confiar otra persona?
Maker Tracker no es solo la herramienta que vendemos, es la que usamos para construir. My Potential nació precisamente porque nosotros mismos andábamos perdidos en algún momento de nuestras carreras profesionales.
Y esto no es solo una cuestión de principios o de coherencia. Es puro pragmatismo. Al usar nuestros propios productos, nos damos cuenta rápidamente de qué funciona y qué no. Sentimos el dolor de cada bug, de cada flujo complicado, de cada botón mal colocado. Y lo arreglamos. No porque un ticket de soporte nos lo diga, sino porque lo hemos sufrido en nuestras propias carnes.
Así que sí, hacemos dogfooding. Y no, no nos da vergüenza decirlo, aunque suene a jerga startup que acabamos de leer en TechCrunch.
Porque al final, la mejor prueba de que creemos en lo que hacemos es que lo usamos todos los días.
b4
El caos no debería ser el estado natural
Nos hemos acostumbrado tanto a la idea de que lo “perfecto es lo enemigo de lo óptimo” que hemos tolerado ser unos auténticos desastres trabajando como excusa de rapidez y eficiencia. Piensa en un restaurante que justifica tener sucio el suelo y todos los utensilios desperdigados en la cocina. ¿Te transmite confianza de que lo que cocinen va a tener calidad y encima pagando por ello?
Nosotros desde luego que no. Y es que la manera en la que trabajamos tiene un impacto directo en el resultado que generamos.
El orden no es aburrido, es liberador. Cuando sabes exactamente dónde está cada cosa, qué hay que hacer y cómo hay que hacerlo, tu mente queda libre para lo que realmente importa: crear, innovar, resolver problemas. No para recordar la contraseña del Trello que abriste hace dos años y abandonaste por el Notion que ahora también has abandonado por el Asana que...ya sabes cómo acaba esto.
Por eso creamos Maker Tracker, porque estábamos hartos de vivir en el caos. Y por eso lo usamos religiosamente. No porque seamos unos maniáticos del control sino porque hemos descubierto que trabajar con método no solo produce mejores resultados, sino que también nos hace más felices.
b5
No ASAP. No deadlines imaginarios
En algún momento, "lo necesito para ayer" pasó de ser una broma a convertirse en la forma estándar de pedir cualquier cosa. Como si añadir "ASAP" o "urgente" a cada tarea fuera algún tipo de hechizo mágico que hace que las cosas se materialicen más rápido.
Spoiler alert: no funciona así.
Porque, seamos sinceros, cuando todo es urgente, nada lo es. Es la versión corporativa de gritar "¡lobo!" constantemente hasta que nadie te hace caso cuando realmente viene el lobo (y créenos, siempre viene un lobo en algún momento).
No es que no respetemos el tiempo. Todo lo contrario. Lo respetamos tanto que nos negamos a tratarlo como una variable infinitamente comprimible.
Preferimos prometer menos y entregar más, y de manera constante.
Sin gritos, sin dramas, sin necesidad de abusar de las mayúsculas en los emails. Simplemente lo priorizamos y lo hacemos. Es asombroso lo eficaz que resulta este sistema cuando no has gastado tu energía en entrar en pánico.
Así que no, no hacemos las cosas ASAP. Las hacemos ARAP (As Right As Possible). Y resulta que, curiosamente, hacer las cosas bien suele ser también la forma más rápida de hacerlas... a largo plazo.
b6
No Hype Driven Development
¿Te acuerdas de cuando todos estaban obsesionados con poner blockchain en absolutamente todo? ¿O cuando de repente cada aplicación necesitaba tener un chatbot aunque fuera inútil?
Creemos que la tecnología debe resolver problemas reales, no crear nuevos solo para poder decir que estamos a la última.
Esto no significa que vivamos en una cueva tecnológica. Estamos atentos a las innovaciones, experimentamos, aprendemos. Pero hay una diferencia abismal entre adoptar tecnología con propósito y hacerlo por puro FOMO corporativo. Entre preguntarse "¿cómo puede esto mejorar la vida de nuestros usuarios?" y "¿cómo metemos IA generativa en esto para que suene cool en nuestro pitch deck?".
Si aporta valor, nos interesa. Si es puro Hype, no.
b7
Disfrutar es parte del proceso
Vamos a ser honestos: si el sector tech fuera una persona, sería ese amigo intensito que solo habla de "grinding", "hustle" y que se levanta a las 4:30 AM para meditar, correr 15 km y leer tres libros antes de desayunar. Todo mientras te mira con cara de "¿tú qué has hecho con tu vida hoy?".
Quizás, solo quizás, no tengamos que sufrir constantemente para crear cosas increíbles. Quizás la glorificación del burnout y de pasarse 80 horas semanales frente a la pantalla mientras te alimentas exclusivamente de café y ansiedad no sea el camino hacia la excelencia.
Y esto te lo decimos porque hemos sido ellos.
Creemos firmemente que el trabajo que disfrutas haciendo es el trabajo que haces mejor.
No creemos en separar "vida" y "trabajo" como si fueran dos entidades completamente distintas. Al fin y al cabo, pasamos demasiadas horas trabajando como para que sea una experiencia miserable. Así que nos negamos a normalizar la miseria como requisito para el éxito.
Así que si estás buscando un entorno donde "cultura" signifique "café gratis para que trabajes más horas", probablemente no somos tu sitio.
Pero si crees que se pueden hacer cosas interesantes mientras te lo pasas bien... hablemos.